Hace 35 años, el Chile de la Dictadura se
organizaba en el paro nacional del 2 y 3 de julio de 1986, una de las más
grandes jornadas de protesta y lucha en contra de del tirano, de norte a sur se
realizaron acciones de movilización popular, la militarización en las calles no
se hizo esperar, el 2 de julio Carmen Gloria Quintana y Rodrigo Rojas Denegri
fueron detenidos y quemados por el demencial actuar de los pakos de la época,
causando además la muerte de Rodrigo. Nadia Fuentes de 13 años fue asesinada
por el disparo de una patrulla militar, sería otra víctima de esa jornada, el
día 3 de julio, Rubén Contreras Grandón de 18 años, fue asesinado de un tiro en
la espalda, también por una patrulla militar, junto a ellos caerían Iván
Aqueveque 21 años, Francisco López 19 años, Ernesto Ríos estudiante, Boris Vera
26 años, José Valdivia 17 años todos ellos muertos por disparos que provenían
de manos militares, casi todos estos casos terminaron en la impunidad,
impunidad que fue pactada en esa transición de la derecha, militares y la
oposición.
Ese
año, que parecía ser decisivo, fue intervenido por los partidos políticos,
especialmente la DC, pactos y acuerdos hicieron las leyes de amarre y el
resultado de la política neoliberal que hoy destroza a este flaco país.
Chile hoy se levanta nuevamente al llamado del paro nacional, hoy en el tercer día de protesta en el territorio, se exige el término del gobierno y el fin a la DICTAGRACIA.
Volvemos a estar en
punto de quiebre. El país se cae a pedazos y el
gobierno no da tregua, golpe tras golpe, machaca a un pueblo dañado en bolsillo
y corazón.
Si el 18O la consigna fuera los $30 en el aumento del valor del pasaje de metro,
hoy es la negación del gobierno a la entrega del tercer retiro del 10% de los
fondos de las AFP, enviándolo al Tribunal Constitucional.
Hoy abril 2021, nuevamente el pueblo
se alza, en solitario, sin banderas ni dirigentes, tímidamente se han sumado a
este llamado algunos gremios que escucharon la presión creciente, vemos también
como vuelven a correr los partidos políticos buscando cocinas que les salven el
pellejo, recordemos que hay aún una elección pendiente y que a la voz popular,
nada bueno se les asoma.
Mientras
la tensa calma se respira, algunos en cuarentena, otros con turno, otros
cesantes, el hambre y la angustia vuelve a convertirse en una olla de presión,
la pregunta: ¿hasta cuándo? se lee en los muros, en las caras y en las redes
sociales, el rugido de las cacerolas han marcado las últimas noches y las
barricadas volvieron a unir a los vecinos separados por la pandemia.
Se
acercan días duros, tendremos que tomar las calles, tendremos que recordar a
frases como: “Hay que luchar, luchar y seguir luchando aunque en ello se nos
vaya la vida”
Pero
esta vez, no se nos puede ir la vida, tantos han caído, tantos ya no están, que
el triunfo debe ser, permanecer vivos para cavar la tumba que prometimos.
No
están las juventudes rebeldes del pasado, pero una semilla creció y se
convirtió en la Primera Línea, ellos hoy esperan por nosotros dispuestos una
vez más a dar la pelea, están nuestros presos, que deben ser liberados.
Tenemos
luchas que dar y tal vez llegó el día, así poder empezar a pensar un nuevo país. Solo la lucha nos hará libres.
Hoy me declaro rebelde y en rebeldía
Paula Del Río.
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