$hile no tendrá un cambio en la estructura social por ahora o al
menos nosotros no lo veremos...
Somos
tan pencas, que nos convocamos para salir a la calle un día a la semana, en un
espacio que no causa ningún efecto, un camotear a los bastardos para
apaciguar la rabia que tenemos, pero que no tiene impacto política ni a largo
ni a mediano plazo.
La pelea con las fuerzas represivas, se transformó en una
catarsis sin dirección , mientras esto ocurría, otros celebraban poder subir a
la estatua sin caballo, pisar ese pedazo de tierra, bailar al ritmo de las
batucadas, para luego tratar de zafarse de la encerronas, entre ese gas de
mierda y el agua con químicos que llegaba de todas partes, muchos corrían hacia
cualquier parte, sin protección alguna y lo que es peor, convirtiéndose en un
peligro para los demás, ya que antes se habían tomado cuanta cerveza se les cruzaba
por el camino, responsabilidad política?? Ninguna.
No
es una celebración, porque nada hay que festejar, es una pelea que se debe dar
con todos los sentidos puestos en salvar con vida. Nunca se entendió.
Cierto
es, que podríamos haber quebrado la mano, no fue así, pero seguimos en el mismo
compás, fuimos testigos en primera persona, de cómo nos engañaban y como nos
entregaban, que hicimos? Fueron tras sus órdenes, a votar a sus candidatos, a
marcar lo que ellos indicaron, pero jamás fue demanda popular una nueva
constitución, la exigencia era: que se vayan todos.
Aquí
se nos viene otro problema, porqué estamos preparados para que se vayan todos,
si no conocemos otra forma de organizarnos?. No importa, que se vayan todos
igual.
La
revuelta debe ser permanente, frente a un Estado y a los gobiernos de turno,
que sistemáticamente violan los derechos sociales y
humanos, permitimos que se paseen en completa impunidad violadores
,asesinos, torturadores y quiénes los blinda, que hacemos? Nada, solo
quejarnos.
Hoy
salir a camotear por camotear no tiene sentido, aquí una vez más la sempiterna
compañera Luisa Toledo, no sé equivocó, en el funeral de Aníbal Villarroel
joven asesinado en La Victoria nos dijo: "Ustedes tienen todo el coraje
del mundo, pero hay que estudiar, hay que pensar, hay que organizarse bien, dar
bien los pasos, engañarlos...Asumamos eso, esto no es un juego, no es salir a
tirar piedras, aquí se nos va la vida...
El
modelo instalado hace tantos, tantos años, nos ha vuelto la cabeza dura, nos entrega
en un eterno bucle de promesas sin cumplir, muchas personas creen, porque es
una necesidad vital " creer", y siguen en la espera de esas promesas
que jamás van a llegar, como no llegaron para los obreros de la pampa, como no
llegaron para los mineros de Lota, como no llegaron las tierras de vuelta al Wallmapu,
como no llegan los recursos a la educación, como no llegan a los presos
políticos.
El
abuso sistemático y la violencia, en todos los aspectos de la vida de todos, se
expresa en cada minuto y desde que abrimos los ojos cada día. Salir
temprano para no llegar tarde al trabajo, pagando un alto valor por un medio de
transporte, que no llega o va repleto de otras docenas de personas que también
van tarde y son igual de explotadas a diario. La violencia de encontrarte,
con que tu trabajo no tiene directa relación a tu sueldo, por lo tanto hay que
priorizar poder llevar a tus hijos un día a la playa o comer durante el
mes, violento es también contarlo, porque la respuesta viene como
charchazo, ya que eres un explotado y no puedes descansar, menos darte el lujo
de salir de paseo.
Hoy
al oficialismo se le ocurrió despeinarse y decir que el pueblo debe
movilizarse, que en la calle se ganan las demandas, la CUT llama a un paro
nacional, cuando se han olvidado por años de las demandas laborales y solas se ha
ocupado de atrapar cargos políticos.
No
tenemos referentes vivos que nos alienten, tenemos las ganas, las ideas, más
nos falta humildad, cuando se organizan las ayudas y están las manos, siempre
aparece esa oscuridad que siembra discordia, mentiras y destruye, si los
conocen, denuncien, son los nuevos sapos.
Mientras
tanto, seguimos caminando calendarios, recordando nuestros muertos,
buscándolos en las calles.
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